La has mirado, por milesima vez este día, y la conoces tanto que
sabes que hoy fue un mal día para ella, que lleva el sueter hasta el cuello
como cuando no quieren que la vean, los pantalones no son los oscuros que tocan
los lunes, sino unos desgastados azul claro, que tienen la bota echa girones de
tanto uso, tampoco lleva sus zapatos favorito de tacon, lleva unos deportivos
que estan sucios, su cabello esta suelto, y mientras camina con la cabisbaja el
cabello le cubre le rostro, camina apurada llegara tarde a su primer día de
trabajo, pero tu en tu mente sabes que no llegara tarde, que el tiempo le va
perfecto.
La miras desde pequeña, le clavas los ojos como un zamuro desde que
usaba short y camisetas cortas, desde que se ataba el cabello con cintas de colores
y salia de su casa con muñecas en la mano a jugar donde termina la calle,
pasabas una y otra vez, y hasta te quedabas mirando de lejos, y en tu
morbosidad te excitabas con solo el olor de su cuerpo a colonia de bebe. La
viste crecer, viste el cambio de niña a mujer, si es que ya es mujer, porque
para ti todas son niñas antes de entrar a la cama de un hombre y como la sigues
como un sabueso sabes que ella jamas a estado con otro hombre, que jamas estara
contigo, que es tan lejana para ti.
Te adaptaste a sus costumbres, a su horario del colegio, a sus
salidas con las amigas y las citas con los niños, te adecuaste a sus berrinches
que terminaban en salidas improvisadas, hasta te sabes de memoria las salidas
al medico por resfriados y las citas al odontologo. Cuanta dedicacion de tu
parte, dedicación mal pagada, por que cuando ella te veia te pasada por un lado
como si nada, hasta te ha tropezado en esas carreras juveniles por el tiempo
eterno. Y tu tan paciente solo la mirabas alejarse, la mirabas desde lejos y le
clavabas los ojos por todo el cuerpo, meintras tu mente macabra fantaseaba, tu
cuerpo reaccionaba a esos pensamientos, y mientras ella dormia tu en vela
recordando, relamiendote por tu presa.
Paciente, dejaste pasar los años y que tu presa madurara, como la
furta de la copa del arbol que no la arrancan verde sino madura, esperaste
tantos años y hoy es tu día, la seguiste desde su casa, aunque iva casi
corriendo, la seguiste entre la multitud, la seguiste al trabajo, y miraste
desde afuera al interior de la tienda, porque ahi nunca has entrado, no te
permites entrar, esperaste afuera atento, lejano, oculto entre las sombras, y
cuando salio la seguiste, como si fueras un perro callejero que ha encontrado
un amo, y mientras ella entraba en una calle solitaria ivas devorando la
distancia, y cuando cruzo a ese callejon que tantos le advirtieron no visitara,
tus manos rozaron su cabello mientras ella caminaba, y cuando tu mano tapo su
boca, mientras la otra tomaba su cuello, tu corazon se aceleraba, se queria
salir del pecho, los vellos se elevaban.
Y tu mano la recorrio sobre la ropa, tocaste por primera vez esos
pechos que tanto soñáste despierto, y la presionaste contra una pared, y tus
manos bailaban en su cuerpo, pero tu no querias mas que eso, la miraste a los
ojos, sus ojos cafes intensos, y su cabello claro se enredod entre tus dedos
mientras evitabas gritaba, clavaste entonces el cuchillo en un costado de su
abdomen y se tiño de rojo su sueter, su blusa adentro, sus pantalones claros y
tus manos. Su grito es ahogado por tu mano, y sus ojos se van nublando, la vas
recostando lentamente en el asqueroso piso y cuando la dejas sola, te limitas a
mirarla, mirar como suspira, luego se le va la vida, asi queda tu muñeca,
eternamente virgen, la razon de tus deseos, la perversión de tu mente, la
locura de tu cuerpo. Y te quedas mirando, mirando, mirando, llevas el cuchillos
a tu pecho y te lo clavas en el corazon, porque ella no entenderia, porque
nadie entenderia esa locura que era tu amor, que se enterrara con ella y
contigo cuando deje la sangre de fluir y se una a la de ella.